SOBRE LA ADOLESCENCIA
Tanto los adolescentes como sus familias pueden percibir los años que comprende la adolescencia como una época tormentosa y emocionalmente agresiva plagada de frecuentes enfrentamientos entre unos y otros. Sin embargo, estudios recientes han puesto de manifiesto que a la mayoría de los adolescentes realmente les gustan sus padres y que creen que se llevan bien con ellos.
Entonces, ¿por qué consideramos la adolescencia como una época difícil?
Lo cierto es que en la adolescencia se produce un físico así como profundos cambios emocionales que, aunque pueden ser
excitantes, no obstante también pueden resultar confusos e incómodos tanto para
el adolescente como para sus padres.
La adolescencia comprende más de una década de vida, durante la cual ocurren cambios de mucha importancia antes de llegar a la edad adulta; cambios en las funciones fisiológicas, anatómicas, emocionales, intelectuales y en las relaciones sociales.
En nuestra cultura, para pasar a la etapa de
adulto maduro, es esencial experimentar intensamente la fase de la
adolescencia, de esta manera el joven organiza su realidad externa e interna de
acuerdo con la realidad del mundo de los adultos.
El adolescente se enriquece con una serie de experiencias y mediante
nuevas identificaciones, canaliza sus pulsiones emocionales y sexuales, así
como experimenta la evaluación de afirmación y crítica como fuente de su
autoestima y autonomía.
en la
adolescencia donde el individuo sufre de cambios físicos, es decir, su cuerpo
se desarrolla tomando características similares a las de un adulto dejando atrás
las de un niño.
Por
esto, si por alguna razón la etapa de la adolescencia
termina prematuramente porque tiene que incorporarse a la responsabilidad del adulto,
su personalidad adulta será pobre, no importa cuan
eficiente y maduro pueda parecer, al desenvolverse en su vida familiar o
laboral en lugar de manejar la autoridad, utilice el poder y el chantaje como
medida de control.
a pesar de qué,
necesita la guía y protección de los adultos, odia su dependencia, pues teme
que sea un obstáculo en su independencia. No
soporta que lo traten como niño o niña cuando está consciente de que está
creciendo y viviendo los privilegios de ser adulto, como: llegar más
tarde, tener novia (o), tomar licor o
incursionar en las relaciones sexuales.
En el momento en que necesita que le pongan
límites, riñe con sus padres argumentando que el sabe lo que hace, amenazando
con irse de casa, incluso para establecer su poder, puede desaparecer por un
día, o por un fin de semana y a su
regreso evita disculparse, decir donde estuvo o que fue lo que hizo.
Los primeros desacuerdos suelen surgir cuando los adolescentes comienzan
a desarrollar sus propios puntos de vista que con
frecuencia no son compartidos por sus padres. Como forma de alcanzar un sentido
de identidad diferente del de sus familiares, los adolescentes suelen pasar
mucho tiempo en compañía de personas ajenas a la familia o hablando por
teléfono con sus amistades.
Esta es
otra de las cosas que puede irritar a sus padres, pero es un forma importante
de lograr un sentido de identidad propio, independiente del de su familia.
Estas amistades forman parte del aprendizaje sobre como hacer progresos con los
demás. En esta época, el vestido y la apariencia física se convierten en muy importantes,
bien como forma de expresar solidaridad con los amigos bien como forma de
declarar su creciente independencia de la familia.
Los padres suelen sentirse rechazados, y en cierto sentido lo son. Pero este rechazo aparente es necesario para que el joven llegue a ser un adulto con una identidad propia. Aunque los enfrentamientos y discusiones sean frecuentes, los adolescentes suelen tener un alto concepto de sus padres. Los rechazos y conflictos no suelen tener que ver con la personalidad de los padres, sino más bien con el hecho de que es de sus padres de quien tienen que independizarse si quieren tener su propia vida.
Los
padres se sienten decepcionados por la indiferencia y rebeldía de sus hijos, al
grado de que muchos bajan la guardia en los límites con las consecuencias de
que el chico pierda el control y sea atrapado por las drogas y que
abandone la escuela.
La adolescencia es el momento de nuestras vidas en que realmente comenzamos a aprender sobre el mundo que nos rodea y a encontrar nuestro lugar en él. Este aprendizaje implica el intentar nuevas experiencias, algunas de las cuales pueden resultar arriesgadas o incluso peligrosas.
Afortunadamente,
la mayoría de los jóvenes buscan estas sensaciones en la música, el deporte u
otras actividades que precisan de gran cantidad de energía pero que conllevan
un escaso riesgo físico real.
Las primeras experiencias con la bebida, con drogas o el fumar generalmente tiene lugar en compañía de otros. Aquellos que lo hacen solos poseen un mayor riesgo. Las advertencias de los adultos al respecto suelen ser ignoradas, aunque si éstas proceden de algún adolescente mayor que ellos si suelen ser atendidas.
Las primeras experiencias con la bebida, con drogas o el fumar generalmente tiene lugar en compañía de otros. Aquellos que lo hacen solos poseen un mayor riesgo. Las advertencias de los adultos al respecto suelen ser ignoradas, aunque si éstas proceden de algún adolescente mayor que ellos si suelen ser atendidas.
Por
esto la adolescencia es la etapa de oro de la juventud donde los padres depositan la confianza en sus hijos para que puedan
sentir y actuar con más independencia, con más facilidad y les dan libertad
para que puedan adquirir la suficiente madurez y responsabilidad con la que
puedan afrontar su etapa de adultos.